El show de Enrique...
Oaxaca, México ( Punto y Aparte).- Dificil más que dificil que haya una alianza entre Eduardo Martínez Elmes y Enrique Martínez Martínez, por lo menos no en ésta vida. Los dos son enemigos irreconciliables. Más aún, quizás Eduardo tendría más posibilidades de llegar a la rectoría, que el propio Enrique que por cierto habría que preguntarle de donde ha filtrado recursos para la pre campaña que inició hace varios meses. Éste Enrique si rebazó los topes de campaña antes de tiempo y el Consejo Universitario, debería de analizar con firmeza quién aporta recursos al proyecto de Martínez Martínez.
La lucha ha despertado los sentimientos más perversos de los dos pre candidatos, que podriamos suponer están acostumbrados a usar suterfugios nada halagadores. Por lo menos Josefina Aranda Bezaury, no lo ha hecho de una manera tan descarada, como aquellos misóginos que no se detienen en sus objetivos para deslegitimar, ofender, ensuciar la reputación de las mujeres que se cruza en su camino. Habría que preguntarse si está conducta es digna de un universiario o se jacte de serlo.
En este contexto se encuentran algunos perros de guerra, de esos que no faltan en medios de comunicación desesperados, pero tan desesperados que se dedican a contratar a sicarios de la pluma que no se detienen en su afán por ganar billetes, en denostar la credibilidad y la honra de las mujeres, tan solo porque brillan con luz propia.
Esos sesudos "analistas", que se regodean en sus desesperanza y prostitución, ya que venden su pluma al mejor comprador, que los usa y pervierte, no escatiman esfuerzo en agredir verbalmente a quienes siendo mujeres trabajan en la propia Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Construyen su perversidad en el supuesto, en la deshonra y en su loco proceder se olvidan que sus madres también son mujeres. Para esos que punzantes no se detienen en ofender a las mujeres desde sus columnas baratas, porque hasta eso, se venden por migajas, nuestra más energica descalificación, porque usan el poder de la libertad de expresión para ofender a las mujeres, usando mentiras que construyen en sus mentes retorcidas por el alcohol o la droga.
Se convierten en perros de guerra, que al final dejaran de ladrar cuando alguien se compadesca y les arroje un hueso.
Las mujeres de la UABJO deberían preguntarse, hasta donde los misóginos podrían construir un nuevo futuro en la Universidad Pública.
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